jueves, 14 de abril de 2011

12.

Los días se suceden de manera confusa. A veces parece que van muy lento, otras que van demasiado rápido. Vivo en un teatro… Donde yo soy la actriz principal, pero nadie más lo sabe.

Cuando estás acostumbrado a pintar la sonrisa, no resulta complicado. Hay una pequeña parte de ti que se siente culpable, pero siempre gana aquella que te asegura que lo mejor es disimular. Al menos, hasta que sepas…

¿Pero algún día sabré algo?

Sé que quiero a Adrián. Siento un hormigueo en el estómago, y una ternura dulce cada vez que le veo. Y, ya puestos, muchas veces no saldría de la cama estando con él. Me hace feliz, más feliz de lo que había estado en mucho tiempo.

Pero, a solas en mi habitación, observo mi BB como hipnotizada, llegándome a saberme el orden de las teclas de memoria. Esperando… algo. Mirando a las paredes, en busca de un par de ojos que nada me pueden decir.

Porque carecen de una respiración que les delate.

Sólo dejo de hacerlo cuando por alguna razón recuerdo a ese novio que tengo, que me adora y que no se merece que yo ande pensando tanto en otro hombre… Me digo a mí misma que no es así como pienso en él, que pienso en él porque es importante para mí y quiero saber que está bien…

Pero yo sé que está bien. Le leo en twitter, le veo en entrevistas, sé que en alguna parte del mundo él está respirando, comiendo y viviendo, sano y salvo.

Aunque sé qué Shannon nunca le dirá nada a nadie, cada vez me siento más culpable cuando hablamos por teléfono y acabo llorando sin poderlo evitar, y él me consuela con cálidas palabras y una comprensión que me maravilla.

Por supuesto, acabo por decírselo a mis queridos tesoros, mis pequeños Echelon, porque aparte de que acabarían por averiguarlo, ya les oculté algo una vez, y sé que no está bien. Me asombro de lo bien que se comporta Melisa, aunque le sorprenda alguna mirada cuando estamos todos juntos y yo abrazo a Adrián.

Creo que la tensión me va a hacer estallar. Mientras he de comportarme como si nada con Adrián y el resto de la pandilla, mis amigos insisten en que he de hacer algo con eso. Que he de hablar con él. Pasada la sorpresa inicial tras contarles lo de aquella noche lluviosa, los comentarios jocosos y demás, sus bocas se llenan de consejos que yo escucho y aprecio, pero… Es como si me dijeran que tengo una bomba dentro y que si no la saco estallará en un momento u otro, y aún así me quedo sentada mirando al sol. Sin sacarla. Sin intentar siquiera desactivarla.

Hasta que un día…

Mientras ceno enfrente del portátil, leyendo twitter como siempre, curioseando tumblr también, la oleada de pánico que se despliega de diferentes formas. En forma de chillidos estridentes por tumblr, con las chiquillas echelon que alteran los hechos de tal forma que ya ni parece real. En forma de ese sonido, el que haces cuando contienes la respiración de golpe, por parte de mi querido Spanish Echelon en el twitter.

Jared ha estado a punto de caerse al suelo en el último late-show al que ha asistido, por culpa de un repentino mareo.

Mientras procuro concentrarme en twitter, el único sitio donde el tema se comenta con sentido común por parte de mis amigos y compañeros echelon españoles, intento contener mi propia reacción. Se causa tanto revuelo que incluso acabo leyendo un tweet de Tomo intentando contener el pánico, asegurando que no ha sido nada y que Jared se encuentra bien, y agradeciendo la preocupación.

Creo que yo también me voy a marear.

Me tumbo en la cama, respiro hondo. Me suena la BB indicando un nuevo mail.

“Alma, everything’s OK, don’t believe any other thing. I’ll call you later.”

Contengo las lágrimas y río nerviosamente. Shannon…

Doy vueltas a la BB en un tic nervioso, intentando controlar el ritmo anormal de mi respiración. Sé que no puedo quedarme esperando.

Mis dedos tiemblan al marcar, y oigo los tonos pensando que con mi voz será igual.

-Hi-su voz es aún más suave de lo normal.

-What the hell, Jared. Are you sleeping properly? I won’t ask about eating, ‘cause I know you don’t...

-What?!?-oigo su respuesta alucinada.

-What is it? Are you really alright? Have you been to the doctor?

Escucho una carcajada, limpia, sincera, al otro lado del teléfono.

-Are you even real?-le oigo decir entre risas.

Poker face del quince.

-Of course I’m fuckin’ real, Jared, what the fuckin’ fuck?-estoy tan alterada que suelto más palabrotas de lo normal.

-I’m OK, Alma-y aquella voz suena tan tierna, que termina por deshacerme-. I just got a little dizzy, maybe I was a bit tired, but it was nothing.

-Are you sure?-frunzo el ceño.

-Haha, of course I’m sure, it’s my body we’re talking about.

¿Por qué esa frase dispara estas fantasías en mi cabeza?

-You never know. I still think you should go check…

-Thank you-podría jurar que sonríe al otro lado del teléfono. Y el tono de su voz, por una vez, suena más cálido.

-I just wanted to know everything was OK-farfullo yo.

-And I thank you-ríe.

-Because you know, everybody’s panicking all over the internet and I thought I should check and...

-Alma-me frena-. You can tell your friends I’m OK, everything’s OK, you don’t have to worry at all. You won’t be able to tell the world but at least your friends can know.

-You should say something, Jared. People are...

-I will-hay algo en su voz... Aunque cálida, parece triste.

Inspiro hondo antes de hacer la siguiente pregunta.

-Are you really OK?-en un hilo de voz.

Se hace el silencio al otro lado.

-Of course I am, funny girl-se ríe, pero yo ya le conozco lo suficiente para notar que no es del todo sincero.

-I’m gonna be “funny girl” forever, right?-digo yo fingiendo fastidio, sin querer presionarle más.

-I hope so.

Ni yo misma me entiendo, Jared. Pero sé que ya no puedo vivir sin ti.

Soy más feliz que antes, porque vuelvo a hablar con Jared. Sin ningún tipo de tonterías, con normalidad… Prácticamente igual que antes.

Aunque en el fondo sepamos que no.

Mi madre me llama diciéndome que ha llegado una carta de mi padre.

-A tus hermanos también les han llegado otras tantas, y se las he reenviado a cada uno… ¿tú también quieres? Dijiste que ibas a tardar en venir.

-Sí, mándamela. ¿Alguno ha podido abrirla ya? ¿Sabes de qué se trata? Llevábamos ya un tiempo sin noticias suyas.

-Bueno…

La escucho mientras con tono suave me cuenta a grandes rasgos. Es algo que siempre he adorado de mi madre, su ternura. No hay mejor persona para tener tal cantidad de hijos que ella. A su manera, y aunque no ha sido nada fácil, ha sabido darnos el amor que necesitábamos a todos y cada uno de nosotros.

Mi padre está enfermo, bastante enfermo, y como puedo leer yo misma un par de días después, no quiere ponerse dramático pero teme… Ni siquiera me paro a analizar atentamente los detalles sobre su enfermedad, pero me queda claro que podría no curarse. Podría…

Ni siquiera soy consciente, apretando la carta en mi mano, del número que marco al coger la BB. Pero sí del alivio inexplicable que siento al oír la respuesta.

-Hi?

-Shannon…-y ya no puedo decir más, vencida por el llanto.

Los chicos alucinan cuando les digo que quiero ir a L.A. Al principio se crean una idea equivocada de mis razones, hasta que les explico lo de mi padre.

“Pero…por lo que nos has dicho, en todos estos años no le has visto. Ni siquiera le conoces, realmente. Vale que la enfermedad es chunga, pero puede que…”

“Ahí está la cuestión. Lo he pensado, y no quiero que esto siga así. Me gustaría poder conocer a mi padre antes de que no pueda hacerlo nunca más.”

“Tiene cojones que tengan que pasar cosas como ésta para…”

“No nos damos cuenta de lo importantes que son las cosas hasta que pasan ciertas cosas, es así.”

“Creedme, soy la primera que se siente mal por no haber tomado esta decisión hasta ahora. Realmente, siempre ha estado ahí… Siempre he querido… Es sólo que he pensado que, ahora es mi momento. Ahora o nunca. Mi madre no se podrá negar, y ya conozco a alguien en la ciudad…”

“Ahora que te puedes codear con la jet-set en Beverly Hills y asistir a las party hard de los famosos…”

“Y pasear por la playa de Santa Mónica… ASDFGHJKL QUIERO IRME CONTIGO”

Se me vuelven locos cuando se trata de L.A. Yo sonrío y les explico que voy a ver a mi padre, no de vacaciones... Ellos me responden que aún así, seguro que me da tiempo a hacer turismo, no me voy a quedar de enfermera de mi padre…

“Depende de lo mal que esté.”

Antes de tomar una decisión más definitiva, espero a poder hablar con Adrián. Estos últimos días nos hemos visto muy poco, ya que estamos en plenos exámenes y el estudio no nos deja ni un respiro. Además, por circunstancias de cercanía a nuestras respectivas casas y tal, estudiamos en bibliotecas distintas. Intentamos tener ratos para vernos, pero normalmente estamos tan cansados que se hace duro hasta mantener una conversación. Le he explicado lo de la enfermedad de mi padre por teléfono, pero esto quiero explicárselo en persona y con calma. La separación del verano ya iba a ser bastante dura sin que yo me fuera tan lejos que no podríamos vernos nunca y encima… encima tan cerca de Jared. Me imagino que la idea no le va a gustar ni un pelo, pero tendré que intentar explicárselo lo mejor posible.

Me acerco hasta la biblioteca donde va él para pillarlo por banda un rato y hablarlo. Parece realmente sorprendido de verme allí, pero a la vez me da un beso que arranca algunas risitas y miradas curiosas de los que están alrededor.

-¿Podemos salir un momento? Tengo que hablar algo contigo, pero quería hacerlo en persona, por eso he venido…-digo yo en susurros, para molestar lo menos posible a la gente que estudia.

-Claro-me dice, y les dice a sus compañeros de mesa que volverá en un rato. Me parece que una de ellos me observa fijamente hasta que desaparecemos tras la puerta de la sala.

Salimos del edificio, donde el sol luce brillante, como burlándose de los pobres que tienen que quedarse entre cuatro paredes. Siempre he pensado que los exámenes con tan buen tiempo son un atentado contra la humanidad.

-¿Y bien?-me pregunta cuando nos hemos acomodado en la hierba de un parque cercano.

Procurando ser lo más clara y concisa posible, le suelto todo lo de mi padre y mi intención de viajar a… Como imaginaba, no se lo toma muy bien.

-¿Me estás diciendo que te vas todo el verano a no sé cuántos kilómetros por un padre al que apenas conoces?

-Me escribe desde siempre, y joder, es mi padre.

-Y supongo que el hecho de que un par de hermanos viva allí no tiene que ver en absoluto.

-Tomo también vive allí-digo yo, como desafiándole.

-Todo tiene que ver con ellos… allá donde mire, marcianos y más marcianos.

-Sabes lo imp…

-¡Tan importantes que viajas kilómetros y kilómetros sólo para verlos! Porque por mucho que tu padre…

-Mi padre puede MORIRSE, ¿¡¿entiendes eso?!?-le suelto, ya furiosa.

Aquello parece aplacarlo, y algo avergonzado enmudece, y mira al infinito. Se hace el silencio. Yo contengo las lágrimas de rabia, contengo las palabras que realmente no quiero decir.

-Lo siento, es sólo que…

-¿Qué?-alzo yo la vista para mirarle a los ojos.

Él parece sentirse aún peor al verme. Las lágrimas, las muy putas, han logrado escapar. Me las seca con los dedos.

-No sé qué haré todo un verano sin verte.

Me enternezco.

-Ni siquiera sé cuánto duraré allí. Podría ser que… O igual me vendría en cuanto llegara a conocerlo. No sé lo que pasará, Adrián.

-¿Y te quedarás en casa de tu padre?

Tardo en contestar, lo suficiente para que él frunza el ceño.

-Mi padre no estará en condiciones…puede que tengan que trasladarlo al hospital pronto. Tendré que…

-Por lo que más quieras, Alma, no me digas que te quedarás en casa del Leto.

-No lo he…-me asusta su expresión-. ¡Pensaba quedarme en casa de Tomo y Vicky!-le grito, molesta.

Casi suspira de alivio. Yo decido dejar de pensar.

Les comento mis planes a los Leto. Shannon parece estallar de alegría y me comenta todo lo que haremos una vez que esté allí, hasta que le recuerdo que voy por mi padre, y se disculpa y aminora la emoción. Jared se muestra también contento, pero parece que con más cautela. Me pregunta por mi padre, todos los detalles, y me pregunta dónde me voy a quedar.

-I’ve talked to Tomo and Vicky… I think I’ll stay by their place. They seemed happy to have me there, which made me very happy.

-It would be very nice to have you here.

Yo no respondo por un momento, y parece alarmarse por mi silencio.

-Alma?-dice con voz algo fuerte, como temiendo que no llegue la señal.

-I’m sorry. I’m…

-What’s wrong?

-I’m nervous-digo yo en un susurro.

Se toma un momento antes de contestar.

-About your father?

-About everything. You know, it’s…

-You’ll have a safe trip.

-Oh, I didn’t even think about that...!-me sale la voz chillona que detesto.

-Alma, relax. Everything’s gonna be OK. You’re gonna love L.A.-me parece que sonríe.

Y aquella frase me quita todas las dudas que pudiera tener al respecto.

Mayo pasa, y Junio cabalga a marchas forzadas. Hacemos los últimos exámenes, y el momento de irme está cada vez más cerca. Aunque ninguno comenta nada, la inminente separación cuelga sobre Adrián y sobre mí, amenazante, dejando un rastro de tristeza incluso en los ratos más alegres y amorosos que tenemos. Mi mente está lejos la mayoría del tiempo, y aunque me siento algo culpable, no puedo evitarlo. Estoy preocupada, nerviosa… No es moco de pavo el viaje que quiero emprender.

Un día, me presento por sorpresa en su casa, con mi mejor intención. Me abren la puerta del portal, así que me abre la puerta D., que abre los ojos como platos al verme.

-¡Alma! ¿Cómo tú por aquí?

-Ya ves. Me he pasado a darle una sorpresa a Adrián-le digo con una sonrisa que pretende ser cómplice pero que oscila al ver su expresión.

-Pues… pues mala suerte que has tenido, ¡no está aquí!

-¿Cómo que no? Si me dijo que iba a estar toda la tarde en casa que tenía unos asuntos…

Oigo claramente la voz de Adrián proveniente de su habitación.

-¿Ves? Le estoy oyendo-entro yo en hall, y hago amago de ir directa a su habitación, pero D. se me pone en medio.

-Pero bueno, ¡qué maneras son éstas, de entrar en casas ajenas sin permiso…!

-No me vengas con gilipolleces, déjame pasar-intento apartarle, sin éxito. D. cambia la cara de vacile por un gesto más serio.

-Alma, en serio, mejor márchate.

La oscuridad de la sospecha y el miedo se apoderan de mí. Me libro de él y corro a abrir la puerta de su habitación, que estúpidamente está sin llave.

Me lo encuentro debajo de aquella que me echó una mirada tan intensa en la biblioteca. Afortunadamente, los dos están aún vestidos, pero no me hace falta ver nada más.

La zorra aquella encima me echa una mirada de superioridad mientras Adrián, librándose de ella, echa a correr detrás de mí, gritando disculpas que ni siquiera quiero oír. Sólo huyo, huyo muy deprisa de aquel infierno, sin apenas respirar.

Llega Julio, y estoy en el aeropuerto. Mis amigos echelon me han sorprendido gratamente viajando todos a Madrid para despedirme. Comentan que les gusta mucho mi cambio de look. En un arranque, me he cortado la melena y teñido de negro, el más oscuro que había. Mechas moradas hacen el último efecto.

-No sé por qué, pero queda genial con tus ojos y tu tono de piel. Y el corte…

-El corte le queda fantástico, está guapísima.

-Me va a dar un chungo cuando toda la sangre se me concentre en la cara-suelto yo con voz suave.

Ríen con ganas. Les abrazo una última vez por separado, teniendo ya que embarcar, con lágrimas en los ojos. Luego nos damos un abrazo colectivo.

-Gracias, chicos. Gracias de verdad.

-Te queremos y te deseamos la mejor de las suertes-me dicen con una sonrisa.

-¡Y tráenos algún recuerdo! Un llaverito o algo, anda-salta Mia.

Con una carcajada, sacudo la mano y grabo en la mente sus sonrisas antes de desaparecer por la puerta de embarque. Me esperan un vuelo odiosamente largo y un futuro incierto pero que de alguna manera me hace sonreír.

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