martes, 3 de mayo de 2011

15.


    Aún me quedo un poco loca por lo que ha dicho Vicky, así que todo lo que hago es sentarme sobre mi nueva cama y mirar al infinito. Diría que con la mente en blanco, pero ojalá. Las ideas, pensamientos, sensaciones e hipótesis que se suceden vertiginosas en mi mente son demasiadas y demasiado confusas para buscarles siquiera la más mínima coherencia.
    Cuando por fin consigo alejarme un poco de mi propia mente, preparo el ordenador para poder hablar con alguien fuera de esa casa, sin deshacer maletas, sin preparar nada más en aquella habitación. La verdad es que es bonita; y me han preparado la cama con sábanas y todo. En la mesilla de noche encuentro una nota:
    “We’ve prepared the room to be as charming as possible. We want you to feel like home. We hope you enjoy your stay.
                                                             Love, T & V. “
    Sonrío, y siento en mi pecho la gratitud y el bienestar que esas simples palabras me provocan. No sólo me dan alojamiento, sino que realmente me hacen sentir como en casa. Querida y acogida en un caluroso abrazo de bienvenida. Río como una tonta con la nota en la mano. Viendo que el ordenador aún va a tardar en conectarse, me recuesto sobre la cama, algo cansada. Cierro los ojos.
    Toc, toc, toc. Debo haberme quedado medio dormida, porque despierto al oír unos golpes en la puerta. Me levanto, algo atontada por la mini-siesta. Aún me tomo unos instantes para recuperarme, por lo que una voz algo impaciente pregunta al otro lado:
-Alma? Can I come in?
    No se me ocurre ninguna manera de decir que no, así que, no muy convencida, respondo:
-Yeah, yeah…come in.
    Abre la puerta y entra con una sonrisa. Se la devuelvo. Cierra la puerta tras él. Echa una mirada de reojo a mi maleta aún cerrada a cal y canto, y al ordenador finalmente preparado sobre la mesa, pero sin usar. Todo lo hace disimuladamente mientras camina, o eso cree él, y tengo que contener una sonrisa. Viene hasta la cama y se sienta al pie.
-I thought I was gonna interrupt some crazy conversation-dice finalmente señalando el ordenador.
    Río con ganas y asiento.
-I think I fell asleep as I was waiting…
-You’re probably exhausted-me dice mientras me echa una de esas miradas que nunca sé cómo tomarme. No dice nada más. Yo sonrío.
-Just a little tired.
    Se recuesta sobre la cama. Sin más. Sin pudor alguno. Estira los brazos y los cruza detrás de la cabeza, mirando al techo. De alguna forma, hay una extraña mezcla de confianza y vulnerabilidad en ese gesto. Se abandona a la postura, pero cuando vuelve la cabeza hacia mí, sus ojos parecen más azules que nunca.
-Are you comfortable?-me dice.
    Se me escapa una carcajada. Sus ojos se abren por la sorpresa.
-What?-pregunta alucinado.
-I thought that was my question-digo yo, señalándole, y él sonríe.
-I mean, do you feel comfortable here? Do you like L.A.? Do you think you’re gonna be OK?
-Well, I can’t tell if I like L.A., assuming that I’ve only seen the way from the airport to this house and inside of a car. I can tell I’m really comfortable here-señalo la habitación-, but i didn’t expect anything less from Tomo and Vicky, they’re wonderful. This is even more than I could ever ask for...-hago una pausa, sin querer dejar llevarme por las emociones, mientras él me echa, creo, la mirada más penetrante que me ha echado jamás-. And… am I gonna be OK? Well, I don’t know. but that’s the fun, right?-sonrío.
    Él me devuelve la sonrisa. Una sonrisa amplia, genuina y luminosa, y pienso que no puede haber bienvenida mejor. Incluso puedo ver sus ojos chispear, pero todo su gesto es tan tímido que me encuentro embobada mirándole. Supongo que ahí reside su encanto, su… ¿misterio? En cuestión de segundos, pasa de la más absoluta confianza y seguridad en sí mismo a una vulnerabilidad que me desarma por completo.
-I hope you get to love L.A.-dice entonces, apartando la vista, y con la suavidad de su voz incrementada al máximo.
-You really do? Why? As if you want me to stay here forever-bromeo yo, pero él no sonríe, ni me mira. ¿De verdad, frontman?
-Maybe not forever-se limita a encogerse de hombros con su vista aún fija en el techo.
    Yo, sin embargo, le miro fijamente, como si así, por arte de magia, fuera a encontrar una respuesta a todas las preguntas que pasan por mi mente en esos momentos. Pero claro, esa respuesta no llega. Y el silencio empieza a pesarme, y quiero decir algo, pero no sé el qué. Es… él mismo. Su presencia. Su actitud. Sólo causan temblores y confusión. Como si de repente me asolara una extraña enfermedad.
    Suspiro, y me recuesto, más bien me tumbo, sobre la cama. Allí nos tienes, mirando fijamente el techo. No soy precisamente la persona más activa del mundo, pero aquella tranquilidad, por primera vez, me pone nerviosa.
-Say something-susurramos entonces al unísono, lo cual nos hace mirar al otro con los ojos como platos por la sorpresa y luego reír.
-Silly-me llama.
-Dumbass-le respondo.
    Sonreímos. Él se acerca, y antes de que yo pueda evitarlo, recuesta la cabeza sobre mi estómago. Aaaay, frontman, que por ahí vamos mal. Pero de repente, me doy cuenta de que no estoy incómoda. De que las suposiciones son tontas. De que pensar demasiado… Se lo dije una vez. Le dije que estaba harta de pensar demasiado las cosas, y ahora lo estaba haciendo otra vez.
-Hmmm. I think I could fall asleep right now-dice entonces.
-Eeerr... this is my bed-alzo yo las cejas.
-So what?-me suelta tan pancho, pero veo cómo tuerce la sonrisa.
-So… -frunzo yo el ceño, y de repente se me enciende la bombilla-,  if you want to sleep here just give me the keys to your house and I’ll go sleep there-sonrío satisfecha, retadora.
    Siento un temblor en la tripa. Cuando miro, me encuentro con el frontman en plenas convulsiones provocadas por la risa. Empieza con el movimiento para luego estallar en una sonora carcajada.
-Yeah, sure-dice, medio ahogado por la risa.
-Yeah, SURE!!!-salto yo, frunciendo el ceño. Aunque tengo tantas ganas de descojonarme como él.
-Nice try-sigue partiéndose.
-t’s not even funny-resoplo yo.
-Are you really willing to get inside my house?-me pregunta con tono travieso, y una sonrisa en sus ojos.
    Yo me quedo un momento balbuceando cosas sin sentido, temiendo haber desencadenado una situación que no quería.
-Oh, you look cute all blushed-sonríe.
-Mmrpf, fuck off!-suelto yo entonces, sacudiéndomelo de encima, y él me mira sorprendido mientras los dos nos sentamos.
-What!? What did I say?
-I’m sleepy, I think I need to have some rest-digo yo sin mirarle. Me da igual cómo reaccione.
-Let me stay-susurra entonces, y yo no puedo evitar levantar la mirada, una mirada abierta lo máximo posible.
-We’re not…-empiezo yo.
-I’m not suggesting that-me interrumpe él con un tono algo seco, como con una nota de fastidio-. Just talking till one of us fell asleep, as we did on the phone, remember?
    Y me encantaba, frontman. Y una parte de mí está deseando fervientemente hacerte caso, pero… temo las consecuencias. Sé que el miedo es malo, es absurdo, pero… Es muy diferente, muy diferente, estar cerca de ti con palabras, a estar cerca de ti con la piel.
-…ok. But isn’t Shannon gonna wonder where you are? Weren’t you gonna go back home together?
-We’re gonna stay for the night, Tomo and Vicky have given us both rooms for it. But nobody’s gonna notice if I’m in mine or not-tuerce la sonrisa.
    El caso es que a mí todo esto me huele un poco a chamusquina… en el buen sentido. Si es que existe de eso.
-Well, ok ok then… I guess…-debería negarme, pero aquí me tienes.
    Se hace el silencio, mientras yo miro para todos lados menos para él, temiendo que me traicione el gesto, y entonces le oigo decir:
-I’ve thought it better, I’m not staying-me dice con ese tono indescifrable y el gesto algo… ¿triste?-. Your bed isa ll yours-sonríe, recuperando su gesto travieso.
-What the fuck…? What made you change your mind?
    Al principio no contesta, pero luego tuerce la sonrisa.
-I’ve thought that maybe you’re not comfortable with something.
    Espero no haberme ruborizado.
-Comfortable... with what?
-Well, when you dream of me, I guess you don’t want me to hear you whispering my name-dice mientras se levanta y va hasta la puerta, donde desaparece con una sonrisa antes de que yo pueda reaccionar.
    Mi poker face debe ser para enmarcar.
-¡Aaarg! ¡Eres lo puto peor!-tiro un cojín a la puerta, como si eso fuera a hacer algo.



    Informo a mis chicos de que estoy sana y salva, les hablo de lo poco que he visto de L.A., de todo. Ellos me preguntan por el gran acontecimiento de mañana.
    “Bueno… estoy nerviosa, bastante nerviosa”
    Pero lo cierto es que no había vuelto a pensar en ello, teniendo la mente ocupada por Jared. Por su sonrisa traviesa, su mirada azul. Por esa inexplicable necesidad que parece tener de mí… Se me escapa una risa tonta. Necesidad. JÁ. No creo que tenga nada de lo que él pueda tener necesidad, exceptuando, claro está, un cuerpo que usar. Suspiro. A veces soy demasiado cruel, incluso en mis propios pensamientos. Pero es que… no quiero admitirlo siquiera ante mí misma.
    En la multi, siguen preguntándome por lo que haré cuando vea a mi padre. No lo sé, chicos. He cruzado medio mundo, duermo en casa ajena, si tuviera cojones, los tendría por corbata, y no sé qué voy a hacer.
    “Supongo que, como todo, lo sabré cuando pase”
    Bromeo y le resto importancia, contradiciendo a mi interior. Una oleada repentina de pánico y angustia me quita por un momento la respiración. Parte de ella parece trasladarse a mis palabras, porque cuando me quiero dar cuenta lo han notado y quieren asegurarse de que, realmente, estoy bien. Me despido alegando que estoy cansada y ya ni sé lo que digo. Suspiro cuando finalmente apago el ordenador y bajo la pantalla.
    Pero no puedo sacarla. Y se expande, fluyendo por mis venas como el veneno más letal. Y me encuentro a duras penas conteniendo el ataque de ansiedad. El primero desde hacía mucho tiempo.
    Algo atropelladamente, me levanto de la silla. Salgo al pasillo con prisa, pero disimulando en el gesto. Voy buscando una puerta… una… ni siquiera estoy segura de cuál será. Como un imán, parece atraerme a ésta… golpeo suavemente con los nudillos. Cuando la puerta se abre, dejo de contener las lágrimas, sonriendo al comprobar que he acertado. Entro, y la puerta se cierra detrás de mí.

1 comentario:

  1. ¿De quién es la puerta!?!?!?!?! De quién? de quién? Dónde está el 16?!?!?!

    ResponderEliminar